Pensiones

Estas son las tres amenazas que acechan la sostenibilidad de las pensiones de los españoles

Estas son las tres amenazas que acechan la sostenibilidad de las pensiones de los españoles
Pensiones.
Andrea Aguado
  • Andrea Aguado
  • Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.

¿Son sostenibles las pensiones públicas en España? El sistema público de pensiones español está abocado a una de las mayores crisis de su historia. Los fuertes desequilibrios estructurales presagian un importante recorte de este tipo de prestaciones en el medio plazo y una más que posible reforma del sistema como consecuencia de su insostenibilidad. Un escenario al que los partidos políticos no están ayudando a solucionar, ya que es evidente que ningún gobierno quiere acometer las importantes reformas que necesita este sistema -que se encuentra al borde la quiebra técnica-.

Así lo ha explicado el economista de Icaria, Carlos Santiso, en una entrevista con este diario en la que ha destacado que «los números no mienten y reflejan la insostenibilidad de las pensiones públicas en España, ya que los fuertes desequilibrios estructurales presagian un importante recorte de este tipo de prestaciones en el medio plazo».

«En términos generales, existen dos modelos posibles en cuanto al sistema público de pensiones. Por un lado, el sistema de capitalización que se basa en el ahorro individual del trabajador. Esto es, las aportaciones de los contribuyentes y las prestaciones que perciben durante su jubilación guardan una relación directa. El contribuyente realiza aportaciones, generalmente voluntarias, a un plan de inversión con el objetivo de generar una renta de la que disponer en el momento de la jubilación», explica Santiso haciendo referencia a su libro ‘El Inversor Conservador: Como proteger tu patrimonio con la Cartera Permanente’.

Por otro lado, destaca que «el sistema de reparto se sustenta en el principio de solidaridad intergeneracional por el cual los trabajadores actualmente en activo son los encargados de pagar las pensiones de los jubilados mediante las cotizaciones de la Seguridad Social. La sostenibilidad de este sistema radica en una buena tasa de trabajador/pensionista, lo que va íntimamente ligado a una pirámide demográfica equilibrada y a un mercado laboral productivo». Un escenario que no se da en España.

Ante esta situación, Santiso explica que surgen una serie de amenazas para la viabilidad del sistema de pensiones español. La deuda pública, los problemas demográficos derivados de la pirámide poblacional y la tasa de sustitución son los tres principales problemas que detecta el economista de Icaria en la actualidad.

La amenaza de la deuda pública

En cuanto a la amenaza de la deuda pública, Santiso asegura que «nunca es recomendable el recurrir al endeudamiento para afrontar gastos corrientes como el de las pensiones, pero puede llegar a entenderse en situaciones excepcionales, como la de la crisis del coronavirus, siempre y cuando la tendencia sea positiva en el largo plazo y haya capacidad de recuperación».

«Sin embargo, en el año 2016 España dejó de cubrir el déficit de la Seguridad Social con el fondo de reserva y empezó a financiar el gasto en pensiones mediante crédito», añade. No obstante, para España se ha convertido en fundamental utilizar el endeudamiento para poder hacer frente al gasto anual que suponen las pensiones.

Santiso explica que «en el momento actual esto es más sencillo, debido a que España se financia casi al 0% a 10 años. ¿Qué sucederá cuando se normalicen los tipos de interés y España vuelva a pagar intereses más elevados? En un entorno como el actual donde España ya está muy endeudada, la respuesta a esta pregunta no nos deja un panorama muy alentador».

La amenaza de la pirámide poblacional

Por la parte del gasto en pensiones, una de las magnitudes más importantes que va a determinar en gran parte el número de pensionistas futuros es la esperanza de vida. La creciente evolución de este indicador, sumado al estancamiento en la edad de jubilación en España, ha generado un aumento continuado del número de pensionistas.

Ante este escenario, Santiso detalla que «hemos pasado de una Esperanza de Vida al Nacer (EVN) de 73,5 años en 1975 a 83,6 en el año 2019; lo que supone un acrecimiento de 10 años y con unas previsiones de que seguirá aumentando en el futuro. Un aumento que ha obligado a otros países como Dinamarca a vincular la edad de jubilación al crecimiento de este indicador». Estos puntos mencionados han empujado a que en la actualidad se destine al pago de pensiones en torno al 40% del gasto público.

«Un escenario al que debemos sumar el gran problema demográfico que vivimos en España debido a la cercana jubilación de la generación del baby boom’. Estamos viviendo un proceso de envejecimiento de la población asombroso que, como se puede observar en la pirámide demográfica, representará una gran dificultad dentro de 10-15 años de cara a poder asegurar las pensiones al grueso de población comprendido entre los 40 y 60 años», añade el economista de Icaria Capital.

Santiso calcula que en 2050 un 30% de la población española se situará por encima de los 65 años. Este envejecimiento y la escasa natalidad, además de elevar el gasto en pensiones, hará que aumente de manera progresiva el gasto en sanidad pública.

La amenaza de la tasa de sustitución

Una buena forma de medir la generosidad de las pensiones es con la tasa de sustitución, que mide el porcentaje del último salario del trabajador cubierto por la pensión. Esto es, si el último salario del trabajador fue de 3.000 euros y la tasa de sustitución es del 50%, su pensión será igual a 1.500 euros. España cuenta con una tasa de sustitución del 80%, muy superior a la de países como Francia, Bélgica, Alemania o Dinamarca.

«Ante esta situación de manifiesta insostenibilidad del sistema público de pensiones, cabe esperar que en los próximos años se introduzcan una serie de reformas estructurales enfocadas hacia una más que posible pérdida de poder adquisitivo de los jubilados. Aunque el sistema no entrará en quiebra en el sentido de que dejará de pagar pensiones, sí que irá ofreciendo cada vez menos prestaciones para un mismo importe cotizado», concluye el economista de Icaria.

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